Michael Worobey recientemente destacó la gravedad del actual brote de gripe aviar en el ganado norteamericano, describiéndolo como un evento crítico global con más de 250 millones de aves fallecidas mundialmente, marcando el peor episodio conocido de esta enfermedad. No obstante, lo realmente notable es la posición de la OMS, que considera que el riesgo para la salud pública sigue siendo bajo, según Sergio Ferrer.
Gripe aviar: Un virus persistente y su impacto global
Este virus H5N1, que emergió por primera vez en gansos de Cantón, China, en 1996, es altamente contagioso entre las aves y puede causar enfermedades graves con tasas de mortalidad cercanas al 40%.
Las cifras de mortandad son alarmantes, con más de 250 millones de aves muertas y casos reportados desde Sudáfrica hasta Canadá y de Perú a Rusia. En los Estados Unidos, el virus ha estado circulando sin ser detectado entre una vasta población de ganado bovino.
Hay motivos para la preocupación, tanto por la naturaleza devastadora del virus como por los cambios en las prácticas agrícolas modernas. Esto no solo impacta económicamente, sino que también plantea un potencial riesgo humano.
La probabilidad de que el virus salte entre especies y mute en una forma que afecte a los humanos aumenta con su amplia circulación. Sin embargo, la infrecuencia de casos humanos a pesar de la extensa mortalidad de aves sugiere que no es fácil que surja una variante pandémica.
Aunque la OMS considera bajo el riesgo, es crucial continuar monitoreando el avance del virus y cuestionar si las medidas actuales son suficientes para controlarlo. En una crisis que se ha mantenido constante por más de un año, es vital gestionar las expectativas sin caer en el alarmismo.